Últimamente mis jornadas laborales se hacen eternas, no voy a decir a que me dedico pero es un trabajo que precisa de mi atención constante, pero que me aisla por completo del mundo exterior, leer o ver películas se convierte en un suplicio por las continuas interrupciones y por el estado de alerta propio del empleo que me impiden concentrarme, así que para pasar las horas me dedico a hacer fotografías, a retocarlas o a familiarizarme con el uso de ciertos programas, y también a escribir las entradas de este blog.
Pero para hacerlo necesito una serie de herramientas que deben ocupar el mínimo espacio posible y que no parezca que me cambio de casa cada vez que voy a trabajar, esta mañana me he dedicado a poner encima de la mesa todos los cacharros que me traigo al trabajo, que en realidad son innecesarios pero que me salvan en muchas ocasiones del mortífero sopor.
+ GRANDE
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